Para M., que nunca lo leerá
Perdona por haberme ido así,
sin entenderte,
pero es que no supe esperar un día más
o no pude o no quise o no debí.
O pude, quise y debí
pero no fui capaz enfrentarme a ti
cuando me hablaste con pasión de quien te ama.
Ojalá volvieras a buscarme entre mis letras,
¡echo tanto de menos los párrafos que no entrelazamos
y tus veintipocos motivos
para hacerme sentir bien!
2 comentarios:
¡Lástima que no lo lea nunca! Nunca, que palabra tan odiosa a veces, tan tajante, tan poco real.
Si supiera los veintitantos motivos que podría argumentar...
Precioso. Doloroso también.
Un abrazo fuerte, por si te llega.
Lo he leído. Te echo de menos.
Publicar un comentario