Ingredientes para hacer un poema de amor

Un lápiz

Un papel en blanco
Una sensación
Un desvarío
Una tarde de frío
Un café.

Una noche de vigilia
La luz de una bombilla
Un amante escurridizo
El teorema de una flor.

El recuerdo de unos labios
Un suspiro entrecortado
Un rosario de nostalgias
Un impulso incontrolado
Un instante de deseo
Un sollozo extenuado
Un cilicio de pasión.

Una pizca de temblor.
Un querer
Dos mentiras
Tres racimos de palabras
Y ... un hervor.

Albor

Entre gemidos y susurros que se vierten
en la sombra delirante del
crepúsculo;
entre ansias y pasiones desbocadas
que alimentan la lujuria de las horas...
la Luna se deshace en mil pedazos
que penetran en el vientre de
la Noche.

Cada estrella es una mota de placer,
una prueba inapelable de ternura.

Como fruto de ese amor
sobre nubes sensuales
nace el Alba.

Poco a poco,
esplendorosa y satisfecha,
va surgiendo, ama de cría,
la Luz
que amamanta al neonato
con sus pechos transparentes.

Sin querer enamorarme...

Hace tiempo que no estás
escondido en el rincón
para sobresaltarme cuando paso,
encogerme cuando beso
y elevarme al recordar.
Hace tiempo que no hurgas en mi vida,
ni me dictas la sonrisa,
ni me incitas a extasiarme,
ni me haces levitar.
Hace tiempo que no vienes a mi casa,
ni me llevas a la cumbre,
ni me invitas a cenar.
Hace tiempo que no duermes en mí cama,
ni me tocas en la frente,
ni me ayudas a soñar.
Hace tiempo que me ignoras,
me soslayas,
que me haces luz de gas.
Mientras tanto sigo aquí,
en mi choza de madera
(¿te confieso la verdad?)
sin... quererme enamorar.

Quiero escribir otra vez poemas...

Retomar mi antiguo oficio de poeta será mi próximo empeño.

¿Porqué será que los asuntos que me más satisfacen ocupan menos tiempo en mi vida que aquellas cosas banales que no me llevan a ninguna parte?